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Texto de gran Sabiduría escrito por Emmanuel Comte, Sonoterapista:
“Por favor, dejen de enviarme peticiones anti-5G para que las firme. No las firmaré.
El 5G no activa ningún virus. El virus de la incoherencia idiota está desgraciadamente muy extendido.
Mi postura sobre el 5G: solo estamos en los prometedores comienzos de una tecnología extraordinaria que aún necesita mejorar: en comparación, el 5G actual es como un tren de vapor, comparado con el nuevo tren de China capaz de alcanzar los 600 Km/h, por ejemplo.
Como todo, esta tecnología no está exenta de efectos secundarios. Al igual que podemos sufrir mareos por el movimiento, algunas personas pueden sentirse agredidas por todo tipo y forma de ondas.
¿Es perjudicial el 5G? Aún no podemos demostrarlo. Si es así, hay formas de protegerse. En nuestros cursos de formación recomendamos varias de ellas.
El problema tiene más que ver con la cacofonía de pensamientos y estilo de vida, pero también con la cacofonía de ondas. Demasiadas ondas, como demasiado sonido, no son buenas. El cuerpo es un oído, y podemos sufrir una sordera temporal. Necesitamos recargar las pilas creando silencio y paz para recuperar la homeostasis. La homeostasis, por así decirlo.
Hay una forma de vida que implica el uso de ondas sonoras. Esto es particularmente cierto en el caso del sonido, pero no sólo. Esto es lo que enseñamos a través de la Sonología, o la ciencia de las ondas.
Es una buena idea aprender a crear silencio dentro de uno mismo, a cerrar el grifo de los pensamientos, a bajar el volumen de lo perceptible.
Porque los pensamientos anti-5G, que están muy en boga, pueden ser más dañinos que el propio 5G. Piénsalo.
Es evidente que estamos constantemente bombardeados por todo tipo de ondas, y la 5G forma parte del cóctel. Es una auténtica cacofonía. Entre estas ondas se encuentran, por supuesto, las ondas cósmicas procedentes del espacio exterior. Es importante tener en cuenta que las ondas más dañinas y tóxicas son las que provienen de nuestros propios pensamientos. Que también son ondas.
Yo añadiría que el sonido es nocivo, el canto es nocivo, la música es nociva, si se utilizan mal o se difunden mal. Así que, en Sonología, aprendemos a protegernos, a través de una especie de higiene. Estoy lejos de preconizar el “odio a la música”, como diría Pascal Quignard, aunque sin duda hay que hacer limpieza. Del mismo modo, no odio las ondas, ni siquiera la 5G. Sencilla y sabiamente, las integro en mi estilo de vida, con todo el extraordinario potencial que ofrecen. Que los modos de difusión se ajusten, ¡sin duda! Pero eso se aplica a todo, no sólo al 5G. Todo es veneno, nada es veneno. Cualquier onda puede ser buena o mala. La luz del sol puede hacernos morir de sed o quemarnos. Demasiada electricidad puede electrocutar. Demasiado sonido puede ensordecer, enfermar o incluso matar.
El miedo y el odio que generamos hacia la 5G o hacia cualquier otra cosa es más dañino que la causa que se supone que estamos combatiendo. Y esto es autoinfligido y amplificado a través de grupos anti-5G, o ‘anti-lo-que-sea’, relativos al progreso, la tecnología, la ciencia, etc., y es generado y amplificado desde el propio transmisor 5G interior.
Así que podemos protegernos de todo esto, adoptando un estilo de vida saludable y una higiene de ondas. Caminar descalzo por el bosque ya es bueno para recargarse. También hay muchas formas de protegerse, igual que un paraguas te protege de un chaparrón. Luego, cada día, aprende a despejar tu mente y a conectar con tu ser. O acaricia a un gato.
5G es bueno. Diviértete, la vida es un juego.”
Imagen compartida por MAITREYA RAEL
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