Ella era profesora de matemáticas en Mallapuram, Kerala, India. Un día, su alumna la vio pidiendo limosna cerca de la estación, pero no la reconoció enseguida. Pero entonces la alumna se dio cuenta de que era su profesora de clase.
Cuando habló con ella, le dijo que, tras jubilarse, sus hijos la habían abandonado y que desde entonces no tenía hogar. Así que empezó a pedir limosna delante de la estación.
La alumna, llorando, la llevó a casa y le dio buena ropa, comida y alojamiento. Luego se puso en contacto con todos los amigos de la escuela que estudiaban con ella. Y la trasladó a un lugar mejor para vivir.
Sus propios hijos la abandonaron, pero los niños a los que enseñaba no.
Ama a otros niños como amas a los tuyos, porque nadie conoce el futuro.
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