
Comentario de MAITREYA RAEL:
“Ya los Jázaros”
La realidad de la esclavitud; más esclavos blancos que negros
Si podemos hablar de un argumento maestro para culpabilizar a Occidente, para hacernos sentir culpables y ponernos en deuda moral con el resto del mundo, ese es el de la esclavitud.
Piensa en esta aberrante institución; lo más probable es que lo primero que te venga a la cabeza sea una plantación de algodón en algún lugar del Nuevo Mundo entre los siglos XV y XIX, dirigida por un señor blanco con generoso y arreglado bigote, vestido delicadamente de blanco y de apellido rimbombante, en la que unos capataces redneck azotan a unos demacrados esclavos negros que trabajan bajo un calor abrasante de sol a sol, y que llegaron allí en cadenas desde barcos que los traían desde África como si fuesen ganado.
Ésta es la imagen arquetípica de la esclavitud para la mayor parte de la sociedad, gracias en gran medida al cine y las instituciones educativas. Pocos saben lo que hay detrás, lo que la hizo posible, y la extensión de la esclavitud en el resto del mundo . ¿Cómo llegaban estos africanos a acabar como esclavos y embarcados hacia América? ¿Todos los señoritos eran blancos y todos los esclavos negros? ¿Hubo otros tipos de esclavitud incluso más numeroso en otras partes y con los mismos, u otros inesperados protagonistas con los roles cambiados?
El tráfico transatlántico de esclavos ¿cómo fue posible y quienes se beneficiaron?
Este tráfico de seres humanos tuvo lugar a gran escala entre los siglos XVI y XV, y debe su nombre al hecho de que las rutas cruzaban el Atlántico, desde las zonas occidentales y centrales de África donde se adquirían los esclavos que eran enviados a las colonias de América para trabajar en plantaciones, en astilleros o como sirvientes domésticos. Primero por parte de los imperios español y portugués, y luego también por parte del holandés, el británico, el francés y las Trece Colonias. En total, unos 11 millones de africanos fueron embarcados al Nuevo Mundo como esclavos, con una tasa de mortalidad en el viaje de entre el 15 y el 33%, apiñados en los barcos negreros.
Aquí acaba la parte de la historia más conocida. Si preguntas quienes fueron los beneficiados de este tráfico de esclavos y quienes esclavizaban a esta gente, casi con total seguridad la respuesta será que los imperios europeos mencionados anteriormente. ¿Hasta qué punto es esto cierto? No hay duda de que efectivamente lo fueron y que también llegaron a capturar esclavos, pero en el primer caso no fueron los únicos beneficiados y en el segundo solo una minoría de los esclavos fueron esclavizados por ellos, y es aquí donde comenzamos a adentrarnos en la enzarzada emboscadura de lo políticamente incorrecto, porque el tráfico atlántico no podría haber existido (al menos no a gran escala) sin el papel que jugaron algunos reinos africanos en él.
Los akan del reino de Asante en la actual Ghana, los fon de Dahomey en lo que hoy es Benín, los mbundu de Ndongo en Angala y los kongo del Congo son esos reinos de África central y occidental que literalmente se hicieron de oro con el tráfico transatlántico de esclavos. Ellos esclavizaron al 90% de negros enviados a América, la mayoría prisioneros de guerra de tribus rivales, que posteriormente intercambiaban a los traficantes de esclavos europeos por armas de fuego, alcohol, ropa, oro y otros bienes de consumo, hasta el punto de que la principal base de su economía fue la venta de esclavos a los europeos, y así durante muchos siglos. Además de los esclavos que vendían, se guardaban otros tantos para que trabajasen para ellos.