Comentario de MAITREYA RAEL:
“¡Sí! ¡La vida puede adaptarse a la radiactividad! Y el impacto sobre la naturaleza de ello es mucho menos catastrófico que la sobrepoblación humana.”

http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2015-10-05/chernobil-ucrania-accidente-nuclear-radiacion-animales_1048578/

Más de 100.000 personas fueron evacuadas tras la catástrofe de 1986. Ahora, un estudio señala cómo la vida salvaje ha regresado a la zona con más fuerza que nunca.

El 26 de abril de 1986 tuvo lugar en la central próxima a Chernóbil (Ucrania) el accidente nuclear más grave de la historia. Como consecuencia 116.000 personas fueron evacuadas de forma permanente de los 4.200 kilómetros cuadrados de la bautizada como zona de exclusión. La fauna salvaje que habitaba ese territorio quedó a su suerte, en un hábitat libre de seres humanos… pero contaminado por la radiación.

Casi tres décadas más tarde la vida se abre camino. Los animales han vuelto al origen de uno de los peores desastres medioambientales nunca vistos. Y con más fuerza que nunca. Según un artículo publicado hoy en la revista Current Biology, la zona de exclusión recuerda más ahora a una reserva natural que a un sitio contaminado por la radiación. La galería que encabeza este artículo, cuyas fotos han sido tomadas en los últimos 20 años, son buena muestra de la riqueza biológica del lugar.

pesca y la agricultura parecen dañar los ecosistemas más que un accidente nuclear

“Las poblaciones de mamíferos se han recuperado con fuerza tras el accidente”, explica a Teknautas el investigador de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y coautor del estudio, Jim Smith. El análisis se llevó a cabo a partir de numerosas encuestas y censos efectuados en el sector bielorruso de la llamada zona muerta, y los resultados mostraron que no existía una relación entre la radiación y el número de animales y tampoco con su densidad. De hecho los datos niegan que su número haya disminuido en la década posterior al primer año tras el accidente.

“La concentración de grandes mamíferos es similar a la que vemos en otras reservas naturales de la región”, asegura Smith, quien aclara que el estudio se centra en “poblaciones animales, no en la salud de los individuos”. En este sentido las cifras del estudio contrastan con las de investigaciones previas, que señalaban una pérdida considerable de vida salvaje alrededor de Chernóbil en los años posteriores al accidente nuclear.