
Comentario de MAITREYA RAEL:
“¡Absolutamente! Cuando era un niño jugaba con muchos animales e insectos y ponía todo en mi boca y aún recuerdo bebiendo leche que salía de la vaca con pedazos de su mierda que ella enviaba en la leche cunado movía su cola: ¡nunca tuve alguna enfermedad!”
http://www.nacion.com/vivir/medicina/Obsesion-limpieza-ninos-atrae-enfermedades_0_1585641442.html
Desarrollarse en ambiente ‘muy puro’ sube riesgo de asma, diabetes y obesidad. Microbios son necesarios en el organismo para potenciar defensas.
Tenían razón las abuelitas que decían: “dejen a los chiquitos jugar con tierra para que críen defensas”, solo que ahora, detrás de sus consejos, hay fundamentos científicos.
La doctora costarricense en Microbiología, Marie Claire Arrieta, defiende esa tesis.
Junto con Brett Finlay, ella condensó varios años de investigación en el libroLet them eat dirt (“Déjelos comer tierra”), que saldrá a la luz este 20 de setiembre en Estados Unidos, y próximamente se espera una edición en español para ser distribuida en varios países (incluido Costa Rica).
“Durante años estudiamos los microbios como agentes enemigos y quisimos hacer todo por evitarlos. Pero en los últimos 10 años, la ciencia se ha dedicado a estudiarlos y ha visto lo contrario. Sí, claro que hay microbios peligrosos para la salud, pero, por ejemplo, el 99% de los que viven en el intestino no solo no son dañinos, si no que nos benefician. El matarlos más bien nos hace enfermar más”, advirtió la especialista.
De acuerdo con las pruebas realizadas por Arrieta en distintos laboratorios y la revisión de varias obras sobre el tema, encontró que los niños que presentan un desequilibrio en esos microbios internos, debido a esa obsesión por la limpieza, más bien están más propensos a sufrir enpadecimientos como asma, alergias, sobrepeso y diabetes tipo 2, entre otros males crónicos.
Rol protagónico. El conjunto de bacterias y otros microbios que habitan dentro de nuestro organismo, especialmente en el intestino, es llamado microbiota y es vital para la formación del sistema inmunitario.
“Los tres primeros años de vida son clave en la formación de esa microbiota. Es el momento en el que el cuerpo está más sensible a la formación de defensas, por lo que estas bacterias y otros microorganismos son necesarios para que el niño forme su sistema inmunitario y su metabolismo funcione correctamente”, dijo.
Según ella, en esta etapa lo que entra por la boca, es decir, la dieta, también es relevante. En los primeros seis meses, lo ideal es alimentarse exclusivamente con leche materna, no solo por sus nutrientes, si no porque el bebé entra en contacto con las bacterias de su madre, las cuales le ayudan a formar su propia microbiota.
Ahora bien, cuando el niño empieza a comer sólidos, las frutas, las verduras, las proteínas y los granos integrales son indispensables en la mesa.
“Lo que comemos nos alimenta no solo a nosotros, sino también a nuestras bacterias”, recalcó la experta.
Usar lógica. ¿Cuándo es necesario extremar medidas higiénicas? La respuesta está en usar el sentido común. Por tanto, Arrieta aclara que no es lo mismo un ambiente controlado, como en la casa, que uno masivo, donde se está en contacto con más gérmenes, como un centro comercial, una guardería o un aeropuerto.
“En una guardería, siempre va a haber chiquitos enfermitos. Ahí el concepto es distinto. Ahí sí es mejor mantener una limpieza más a conciencia y lavarse las manos más seguido con agua y jabón”, dijo la autora.
La costarricense escribió el libro Let them eat dirt cuando se desempeñaba como investigadora de la Universidad de British Columbia, en Canadá. En la actualidad desarrolla sus indagaciones en la Universidad de Calgary, en ese mismo país.