
Comentario de MAITREYA RAEL:
“Oro robado de la india usado para invadir y colonizar Sudamérica por el peor país colonialista en la Historia: El Reino Unido de Inglaterra.”
http://www.infobae.com/sociedad/2017/01/23/la-busqueda-del-millonario-tesoro-de-un-buque-hundido-hace-253-anos-en-uruguay/
Se trata del “Lord Clive”, de la armada inglesa, hundida por la flota española y, según el experto Rubén Collazo, guardaría oro y joyas por 1.200.000 dólare.
Naufragios hubo siempre. Buscadores de tesoros en el fondo del mar, también: los supuestos cofres con deslumbrantes doblones de oro y piedras preciosas. Doble sueño: aventura y riqueza. Casi una síntesis de la condición humana…
Pero esa avidez recrudeció a partir del 14 de noviembre de 1883, cuando apareció en Londres el clásico de los clásicos del género: la maravillosa novela La isla del tesoro, escrita por el escocés Robert Louis Stevenson.
¿Quién no quiso ser, de niño y hasta de adulto, John Silver (el largo), el capitán Flint… y hasta el loro que gritaba “¡Piezas de a ocho… piezas de a ocho!”.
Pues bien. El largo sueño del tesoro oculto en el fondo del mar… podría concretarse, pero no allá lejos y dentro de muuucho tiempo.
No. Aquí cerca, y ahora. Vamos al grano…
El próximo 10 de febrero, el equipo del buscador de tesoros Rubén Collado se sumergirá en el Río de la Plata para rescatar (o intentarlo) el Lord Clive. Se trata de un buque de la Compañía de Indias, hundido en 1763. Y para que la leyenda sea aun mayor… ¡en pleno combate!
Según el experto uruguayo, “la embarcación imperial podría contener 1.200 millones de euros en monedas de oro… sin contar mercaderías como ron, opio y seda guardada en tubos de plomo”. ¡Como la cueva de los cuarenta ladrones que descubrió y desbarató Simbad el marino!
La operación será más simple de lo que parece: el buque estaría a menos de 350 metros de la costa de Colonia del Sacramento (¡qué bella ciudad!), y a una profundidad de apenas cinco metros, según le explicó Collado al diario El País de Uruguay.
Como quien dice, pan comido. O pájaro en mano. Y cunden la esperanza y el entusiasmo…